martes, 8 de octubre de 2019

Descubriendo Grecia #1 : Atenas

Hoy os traigo una entrada algo diferente y que nunca he hecho en el blog, pero como amante de los viajes, creo que puede servir para dar pie a una nueva serie, y aunque no viajo con la frecuencia que me gustaría, reseñaros lugares bonitos tanto de España, como del mundo que he vistado, para ayudaros quizá a elegir próximas escapadas o vacaciones :)

Nuestra primera parada: Grecia.




El invierno pasado, mi pareja tuvo una estupenda idea. Después de pasar un año complicado, ya que él se tuvo que ir a trabajar lejos de casa y sólo nos veíamos una vez cada semana o una vez cada dos semanas, y yo por mi parte tampoco tuve vida con casi cuatro trabajos jajaja, él decidió sorprenderme con unas vacaciones inolvidables. El año pasado viajamos a Tenerife (si os gusta la entrada, será la próxima entrada de viaje que haga contándoos todo sobre la isla), pero este año queríamos que fuese especial. Así que cuando él me dio la sorpresa y me dio a elegir entre viajar a Sicilia o a Grecia, no lo dudé, quería ir al país de la cuna de la civilización occidental :)  En esta primera parte os contaré nuestros dos días en Atenas, la capital, y luego en la segunda parte viajaremos a una de sus islas...

Siempre fue un país que me había llamado mucho la atención, ya no sólo por sus leyendas si no por el aura que lo envuelve. Así que no lo dudamos más y ahorramos durante bastantes meses para poder ir hasta allí. Nosotros viajamos un 23 de julio, y ya simplemente el viaje fue una aventura, nosotros vivimos en un pueblo de Córdoba, en el sur de España, así que primero disfrutamos de un estupendo viaje de casi 4 horas y media hasta el aeropuerto de Madrid, al llegar allí, sobre las 12 de la noche, tuvimos que esperar otras dos horas antes de poder embarcar, ya que teníamos el vuelo a las 2 de la madrugada con la compañía Aegean, una empresa griega que opera mucho en Grecia y sus islas. Cuando subimos al avión ya llevábamos un buen paquete de cansancio y bendito mi novio que se duerme en cualquier sitio , hasta de pie, pero yo soy bastante delicada para dormir, así que me pasé toda la noche en vela en el avión jajaja entre los ruidos, la luz que no la apagaron (eso sí nos dieron de cenar y todo jeje) fui incapaz de pegar ojo. Pero eso me dejó tiempo para disfrutar de las vistas y del amanecer en el avión, algo bueno tenía que tener el pasar una noche de insomnio y nervios (yo tengo pánico a viajar en el avión y lo intento superar y no imaginarme las mil formas de morir en tal cacharro del infierno jajaja)

Mi cara era blanca como una pared, la misma que se me pone cada vez que me tengo que subir a un avión jajaja




Aeropuesto de Atenas

Llegamos a la capital, a Atenas, sobre las 6 de la mañana, (las 5 hora española, allí hay que añadir una hora más) y sinceramente, yo iba echa polvo tras pasar más de 24 horas en vela , pero la emoción de visitar un país nuevo me hacía tener los ojos tal que así: 


jajajaja, menos mal que nada más bajarnos del avión, un taxi ya nos esperaba para ir a nuestro hotel, y fue un viaje de más o menos media hora, en el que nuestro conductor, un hombre suuuper amable nos dio consejos sobre cosas que visitar y el cuidado que teníamos que tener, así como curiosidades sobre la ciudad. Una cosa importante que se me ha olvidado decir al principio es que en Grecia se habla Griego y es un poco complicado comunicarse si no sabes inglés, nosotros nos movimos en inglés sin problema y con el tiempo hasta aprendimos a leer griego y todo jeje. 

¿Primera impresión de Atenas? os seré muy sincera: Algo decepcionante. Y el motivo es que nos creamos una imagen del país que es muy diferente a lo que luego encuentras al llegar. Ya en el camino en taxi hasta el hotel, se notaba que era una ciudad bastante retrasada con respecto a España, se veía pobreza, se notaba que las cosas no iban bien (y bastante bien estaba después de atravesar grandes y graves crisis) y al entrar a nuestro hotel confirmamos que no era una ciudad muy desarrollada, a priori. Nos alojamos en el Art hotel de Atenas, de cuatro estrellas, pero sinceramente no llegaba ni a dos estrellas. Aún así estaba bastante bien, sólo lo queríamos para dormir, y comer, así que estaba genial jajaja, lo malo es que al asomarme por la ventana de nuestra habitación y ver las maravillosas vistas a un geto total con vagabundos en la calle, colchones quemados, basura, y gente pasándose droga pues, no supe muy bien qué pensar jajajaja.

Art hotel en el exterior.

Ya instalados, decidimos no pararnos ni a dormir un rato, desayunamos directamente y decidimos irnos a visitar lo que habíamos ido a visitar LA ACRÓPOLIS. Y lo pongo en mayúsculas porque fue el principal motivo por el que siempre había querido visitar Grecia. Y decidimos que a las 9 de la mañana era una hora ideal para encaminarnos hasta allí en metro y dando un paseo. E hicimos genial. Entramos directamente, y os aconsejo hacer como nosotros comprar toooodas las entradas antes de viajar por internet y llevarlas ya impresas. De verdad, llevaos todo lo que podáis porque os va ahorrar horas y horas de colas infinitas bajo un sol abrasador. Nosotros lo hicimos así y pudimos disfrutar plenamente toda la mañana de este asombroso lugar. 

El único punto negativo es que cuando pilla ola de cruceristas es espantoso, no puedes ni moverte de la masificación, así que aconsejo ir bien temprano, y el calor, que si vas temprano lo puedes evitar. Nosotros estuvimos allí de 9 y media hasta las 2 casi y nos encantó, pasamos calor, pero bueno, cosas del turisteo y el verano. Recomiendo mucho la acrópolis, está llena de historia y simplemente caminar por tal sitio con tan impresionantes vistas, merece la pena muchísimo. Nosotros sacamos una entrada combinada que nos daba acceso tanto ahí, como a otros momumentos de la ciudad que nos costó 30 euros por persona y la verdad, merece muchísimo la pena. Os dejo unas fotos para que lo veáis con vuestros propios ojos ^^













Después de una mañana intensa, decidimos pararnos en unos de los muchos restaurantes y comenzar nuestra aventura gastronómica griega, y ¡Vaya Exitazo! Probamos los famosos gyros, que no son otra cosa que una especie de Kebab griego, pero con una carne y una salsa mucho más suave, y una sorpresa, tenía dentro las patatas fritas, y el pan era mucho más gordito y blando ¡Delicioso! y muy barato. 

Gyros

Después decidimos irnos a descansar al hotel toda la tarde y volver a salir de noche a descubrir la Atenas nocturna. Nunca he dormido más profunda en toda mi vida jajajaja quemada, muerta de cansancio y con la barriga llena. No sé ni cómo nos levantamos cuando la alarma nos sonó a las 9 de la noche jajaja Pero una vez en la calle, nos espabilamos y seguimos conociendo la ciudad. Decidimos hacerlo andando, el camino hasta la famosísima plaza Monastiraki, una de las más conocidas de la capital. Y aquí fue cuando comenzamos a darnos cuenta de los contrastes. 

Mientras caminábamos hacia allí, veíamos mucha pobreza, mucha gente viviendo en la calle, soportales llenos de grafitis, basura, olor a orín y suciedad, gente durmiendo en el suelo, muchísima basura, es una ciudad muy sucia. Yo no podía creerme como una ciudad referente en todo el mundo estaba tan "dejada" de la mano de dios. Eso sí, fue entrar a la zona turística y la cosa cambia muchísimo. Parecen dos Atenas distintas y es que lo son. Nos gustó mucho esta parte, está lleno de tiendas, ambiente, y muchos restaurantes típicos a los pies del Partenon. Justo allí acabamos encontrando un restaurante tan genial, que nos quedó en el recuerdo como el mejor en el que estuvimos en Grecia. Seguimos probando nuevos platos griegos y nos enamoramos aún más de la cocina de este país. Además teníamos música típica en directo. Una pasada.




Probamos la ensalada griega, los flogeres, la mousaka, entre otras cosas. riquísimo :)




Después de esta genial noche, a la mañana siguiente, quisimos seguir descubriendo la ciudad, y visitamos todo lo que nos quedaba, el Ágora, un conjunto monumental muy chulo, la Biblioteca de Adriano, el barrio de Plaka, el más turístico y el que más me gustó por sus encantadoras calles estrechas y empinadas llenas de turistas, el primer estadio donde se celebraron los juegos olímpicos, el parlamento y su cambio de guardia y el templo de Zeus entre otras muchas cosas que tiene la ciudad que ofrecer. La verdad en dos días nos dio tiempo a verlo todo de sobra, eso sí, andando y pasando muchas horas en la calle, algo que nos dejó muy buen sabor de boca. Nos faltó subir a uno de los montes famosos de la ciudad a ver la puesta de sol, pero el cuerpo no nos daba para más, y otro destino nos esperaba...













Y hasta aquí llegó la primera parte de nuestra aventura en Grecia. La segunda nos esperaba con un Ferri directo a...¡Creta! La mayor de las islas griegas, una isla con la que quedé muy alucinada... os lo cuento en la segunda parte :)

¡Nos leemos!






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