jueves, 10 de octubre de 2019

Descubriendo Grecia #2 : Creta

Si disfrutamos mucho del viaje por la capital, la segunda parte de la aventura, fue incluso mejor. ¡Pasa, que seguimos con la segunda parte de "Descubriendo Grecia"!



Después de pasar dos días en la capital de Grecia, como ya pudisteis leer en la entrada anterior, decidimos , aconsejados por la agencia de viajes que nos gestionó el viaje, visitar alguna isla griega. Reconozco que yo estaba empeñada en ir a las más famosas, y a las que siempre escuchamos todos: Mikonos, Santorini...etc. Pero nos quedaban cinco días de viaje y esas islas eran demasiado pequeñas, en un día lo tendríamos todo visto y no tendríamos nada que hacer. Así que a mi pareja se le ocurrió la idea de ir a Creta, la más grande de las islas y una gran desconocida. Yo no estaba muy convencida al principio, pero una vez vista, tengo que decir que valió la pena cada día que pasamos allí, porque Creta es una isla que tiene muchísimo que ofrecer y con lo que sorprender al visitante.

Comenzamos nuestro camino a la isla tomando un taxi al puerto de Atenas, El Pireo, para coger un ferri nocturno. Sí, el trayecto dura 9 horas, está algo lejos, pero es una genial idea de ahorrar, dinero y tiempo. Porque te ahorras avión, noche de hotel extra (ya que duermes en el ferri por poco dinero más que en una butaca) y cuando abres los ojos, estás en Creta. Una maravilla jajaja
Así que nos subimos a bordo de uno de estos barcos que recorren todos los días los caminos a las islas griegas. Yo quedé maravillada con el Ferri, nunca me había subido a uno, y pensé que sería un pequeño barco, con lo básico y que estaría rezando por pisar tierra de nuevo. Cuál fue mi sorpresa al ver que era como un mini crucero, teníamos un camarote impresionante y había muchísimos restaurantes y zonas de ocio en la que entretenerse. Eso sí, yo pillé un mareo importante que impidió descansar durante la noche, pero eso es algo que siempre me pasa, me mareo con cualquier tipo de vaivén, y el barco no iba a ser menos jajaja quitando eso fue un viaje muy cómodo y especial. 

















En cuanto pisamos suelo cretense, lo primero que hicimos fue alquilar un coche, y realmente lo recomiendo, gracias a eso pudimos conocer prácticamente toda la isla y ponernos nuestros propios horarios. Creta es muy fácil de visitar, y no hay más de 2-3 horas en coche desde cualquier punto a otro de la isla. Así que os lo aconsejo. Nosotros desembarcamos en una ciudad llamada Heraklion, la capital, pero nuestro hotel se encontraba en otra ciudad cerca de la ciudad de Rethymno. Estábamos bien asesorados y decidimos viajar a 3 de las 4 regiones que tiene creta porque es donde más se concentraba lo interesante que ver en la isla, así que para comenzar la aventura y antes de ir al hotel decidimos empezar el día visitando el místico ¡Palacio del minotauro! también llamado de Knossos. 


La verdad, nos pilló un día de mucho calor, así que esto provocó que hiciésemos la visita a todo correr, yo con mi pamelón inseparable para a parte de no morir bajo el sol, no quedarme como una gamba total al ser tan blanca jajaja, pero la disfruté bastante. Nosotros no contratamos guía, porque nos costaba casi 80 euros, así que decidimos hacerla por nuestra cuenta leyendo la cartelería y fue una bonita experiencia y una forma de sumergirse en la cultura griega de la época. Aunque nos "decepcionó" un poquito que muchas cosas estuvieran demasiado reformadas, y que la mayoría de cosas expuestas no fuesen las originales, si no réplicas, ya que las originales  se encontraban en museos alrededor de Grecia. Por lo demás, fue interesante :)









Después de esa visita, condujimos directamente a Platanias, donde se encontraba nuestro hotel. si vais a Creta os lo recomiendo muchísimo. Es verdad que no tiene una gran localización, porque está a las afueras en un pueblo muy pequeño, pero como alojamiento es genial. El personal fue super amable, y nos dieron la mejor habitación, una suite encantadora. Decidimos pasar el resto del día visitando el pueblecito, durmiendo y saliendo a cenar para descubrir más platos deliciosos. En serio, le doy un 100 a la comida griega. Se me asemeja mucho a la española, pero es una mezcla muy buena entre comida mediterránea y árabe. Probadla ^^









Al día siguiente, ya bien descansados, decidimos visitar una de las cosas más famosas de la isla: La bahía de Balos. Es como un caribe europeo, una playa de arena blanca, y agua cristalina, que una vez vista, tengo que decir que es impresionante.  El camino para llegar hasta allí, es horrible, son carreteras muy mal asfaltadas, un camino de cabras, por el borde de acantilados, donde yo pasé realmente miedo, no exagero jajaja lleno de baches, y después de dejar el coche te espera una larga caminata de más de 40 minutos hasta que bajas a la playa. El camino de ida se me hizo "corto" porque te quedas maravillado en cuanto ves esas vistas, pero el de ida fue otro cantar. Ya con el cansancio de estar en la playa, bañándote, etc, y que eran las 5 de la tarde con todo el sol abrasador y tener que subir toda la montaña a pie por escalones infernales más de 40 minutos, para mí fue horrendo jajaja no mentiré, pero cuando llegué arriba vi que había merecido la pena y mucho. Hay servicio de burros que te llevan y suben , pero sinceramente, soy bastante animalista y no quería que los animales sufrieran, así que iba a seguir subiendo escalones, aún si se me iba la vida jajajaja






 



Otro día más pasó y cada vez estábamos más maravillados de Creta. Eso sí, un dato que se me ha olvidado comentar. La conducción allí, es digna de ver en persona. Ya habíamos leído en los blogs que se tomaban las reglas por su mano y que era algo caos, pero cuando lo vi en directo, no os mentiré, me aterré. Pensaba que íbamos a tener un accidente o algo jajaja Los coches conducen normalmente por el arcén, y si el que va detrás tuya quiere adelantarte, te adelanta por el carril, y en el carril contrario es lo mismo, o sea que llega a haber a veces, hasta 4 coches juntos en una carretera de dos carriles. Eso sí, una vez que te acostumbras, lo ves hasta normal y menos peligroso que nuestros métodos de adelantamiento jajaja. Otras cosas que me resultaron curiosas de la conducción fue que nadie o casi nadie lleva casco...¿Hola? jaja y los monumentos que les ponen a los fallecidos en carretera. Aquí en España por ejemplo se suelen poner flores o alguna cruz en el punto que alguien ha fallecido, pero en Grecia ponen estas pequeñas iglesias con incluso la foto del difunto dentro. Era super curioso verlas.








Para ir siendo breves, que veo que me estoy extendiendo más de la cuenta, el resto de nuestras vacaciones en Creta, fueron otra visita a la otra playa paradisíaca Elafonisi, una playa de arena blanca y rosa y aguas impresionantemente cristalinas. Aprovechamos para hacer snorkel y me vine enamorada de ese lugar al igual que de Balos. Tardamos unas tres horas en llegar, pero valió mucho la pena, ya que en el viaje recorres muchos pueblecitos llenos de encanto y puedes comprar incluso la típica miel, y el raki, un licor, que es la muerte jajaja







El resto de días los aprovechamos para conocer el máximo de ciudades posibles. Y tengo que decir que quedé super enamorada de las ciudades principales de Creta. Son lugares llenísimos de encanto, llenos de turismo, de bares, restaurantes, callejuelas preciosas llenas de luces y música griega, todo ello al la orilla del mar. Ahí fue donde realmente entendí la fama que tienen las islas griegas. Para mi gusto muchísimo más bonito que la capital, Atenas, y mucho más desarrollado y limpio en todos los sentidos, gracias al turismo mundial. Las islas están a años luz de la capital y se nota muchísimo. Aún recuerdo esas cenas en el puerto, esos paseos, ese ambiente... ainsss quedé enamoradísima. Os dejo algunas fotos de Chania, Heraclion y Rétino, las tres ciudades principales para que veáis lo preciosas que son con vuestros propios ojos. <3



Rétino




                  




                                                  













CHANIA






















Heraclion












 Y así fue como llegamos al último día de nuestro viaje, y con toda la pena del mundo, tuvimos que aguantar en el aeropuerto de Heraclion hasta las 5 de la mañana para abordar nuestro vuelo de regreso a España. Pero lo vivido esos días aún sigue con nosotros, el viajar es una experiencia increíble, son muchísimas las cosas que aprendes, y te abre la mente al mundo de una manera inexplicable. Nunca vuelves de un viaje siendo el mismo. 

Espero que os haya gustado mucho esta narración y os animo a viajar a Grecia, especialmente a sus islas, a mí personalmente me gustaron mucho más que Atenas, aunque tenga el magnífico Partenon y la Acrópolis, que es de obligada visita. Para los que queráis saber más o menos cuánto puede costar un viaje así, os comento que a nosotros nos salió por 1800 euros los dos desde España. Ya incluyendo transportes, alojamiento, traslados, etc. Eso sí, las comidas y las entradas a monumentos ya había que ponerlo aparte.

Espero que os haya gustado esta aventura por tierras griegas, y comentadme si os gusta esta serie de entradas, para contaros muchos más viajes. Un mando un besazo enorme.

¡Nos leemos!



















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